Se suele decir que en #Madrid nadie te pregunta de dónde eres, no sabemos si esto es bueno o malo, pero la experiencia nos ha enseñado que estas cosas son las que suelen pasar en las ciudades grandes, donde cada uno ya tiene suficiente con lo suyo, como para estar preocupándose de algo tan nimio como una nacionalidad.
Pero la verdad es que como madrileñas y (casi) gatas nos apena que tradiciones como la de ir a ver “La verbena de la Paloma” se estén perdiendo. Bastaba mirar las edades del patio de butacas como para ver que al relevo generacional ni aparecía ni se le esperaba, pero también es cierto que las causas no solo están en la falta de público cultural, sino también en la falta de inversión e interés por mantenerlas.