Hemos tenido el maravilloso placer de acudir al concierto de Año Nuevo que se celebra en el Auditorio Nacional en Madrid.
Esta, ya tradicional, cita musical acoge un repertorio conocido por todos que recoge piezas conocidas y entrañables para estas fechas y que incluyen una selección de los Strauss (hijo y padre), una buena dosis de polkas y vals, y tonada tan divertidas como la Champagne Gallop donde el ritmo se marca a golpe de descorche. Por supuesto, el concierto cierra con el vals de El Danubio azul de Johann Strauss hijo, seguido de la Marcha Radetzky, de Johann Strauss padre, en la que, como no podría ser de otra manera, público y orquesta se funden al son de las palmas, acabando con una inevitable sensación de alegría y jolgorio.