No solo de Hollywood vive el cine. Aunque la industria estadounidense es la más conocida y sus productos audiovisuales circulan y se consumen por todo el mundo, otros países no le van a la zaga en producción cuantitativa y cualitativa. Como muestra de industrias potentes Bollywood en la India, es la más grande del mundo, produciendo más de 1000 películas al año, y Nollywood, la industria nigeriana, es menos conocida pero se considera la tercera más grande del mundo. Sin olvidar las producciones europeas y asiáticas que nos han dejado algunos de los títulos más brillantes de la historia del séptimo arte. Hoy, con motivo de la premiere de la última película del director Hong Sang-soo, a la que hemos asistido, proponemos detenernos un momento en el cine coreano. Una denominación de origen marcada por la calidad y cada vez más en auge.
La primera aclaración cuando hablamos de cine coreano es que, aunque la industria cinematográfica está bien consolidada tanto en Corea del Sur como en Corea del Norte, únicamente los filmes surcoreanos han alcanzado reconocimiento internacional ya que las películas norcoreanas generalmente tratan temas revolucionarios o comunistas. En los últimos tiempos sus producciones están llegando cada vez más al gran público con exitazos como Parásitos (peliculón, sino la habéis visto no esperéis más), ganadora del Oscar 2020 o la archiconocida a la par que polémica serie de Netflix El juego del calamar. Sin embargo la relevancia y calidad en sus cintas destaca desde hace unos años.
Las producciones surcoreanas están llegando cada vez más al gran público con exitazos como Parásitos o la archiconocida a la par que polémica serie de Netflix El juego del calamar
La primera película coreana que obtuvo reconocimiento internacional de gran categoría fue Oasis de Lee Chang-Dong, ganadora de varios premios en el Festival de Cine de Venecia en el 2002. Pero, a nuestro entender, la película clave para lanzar a la fama este cine fue sin duda Oldboy del director Chan-Wook Park, ganadora del Gran Premio del Jurado en el Festival de Cine de Cannes. Esta historia que nos dejó del revés durante un buen tiempo después de verla, narra la vida de un hombre que es secuestrado por alguien alguien desconocido que lo mantiene retenido durante 15 años. Tras su liberación tiene cinco días para descubrir la razón de este encierro. Oldboy es una película experimental oscura y sombría, que trata temas relacionados con la locura psicológica y distorsiones sexuales. Otra de las grandes figuras de este cine, y por cierto una de nuestras favoritas es el director, Kim Ki-duk, que con títulos como Hierro 3, o Samaritan Girl nos sumerge en un mundo en el que los personajes profundos e infelices se mueven en la suavidad más inquietante, retratando la cotidianidad de la sociedad en la que se desenvuelven.
En esta ocasión pudimos disfrutar de The novelist film, la última cinta de Hong Sang-soo en la que este director emplea una fórmula habitual en muchas de sus otras creaciones, un minimalismo narrativo y formal para contar una historia sobre amistades en transformación y veladas de café y soju en los bares y librerías de Seúl.
Un film en blanco y negro, pausado, que utiliza el plano fijo abundantemente para hacernos testigo del desarrollo de conversaciones que bajo la aparente amabilidad y educación toman diferentes derroteros y dejan que vayan aflorando sentimientos de todo tipo. Una historia de encuentros, desencuentros y serendipias que acaban cristalizando en el empeño de una protagonista que, privada de la facultad de escribir, busca una nueva forma de expresión. Una hora y media de pausada fascinación, para disfrutar como antaño del cine.
El director coreano Hong Sang-soo es uno de los más celebrados por la crítica internacional. Su trabajo ha sido premiado en Festivales como Berlín, Cannes, Gijón, Locarno, Rotterdam, San Sebastián o Venecia. Cahiers du Cinema ha situado ocho de sus películas en su exclusiva lista de las 10 mejores películas del año, siete de ellas durante la última década. Algunos de sus títulos más conocidos son The Power of Kangwon Province (1998), On the Occasion of Remembering the Turning Gate (2002) o Hill of Freedom (2014). Y ahora estrena este The Novelist’s Film con la que vuelve a repetir éxito en el Festival de Berlín 2022, obteniendo el Gran Premio del Jurado.
Tuvimos la oportunidad de ver esta última cinta en el ciclo de cine que ha preparado el centro cultural Conde Duque, que tiene como objetivo que el público de Madrid pueda encontrarse con las más recientes producciones antes de su paso por las salas comerciales. Este ciclo aloja un bello programa de premieres para la temporada 2022-2023 y se erige como una voz en pro del cine su vertiente más artística. Si a eso le sumamos un precio más que asequible de 3.50 € por película no hay excusas. Un plan más que recomendable para estas tardes lluviosas de invierno.