Recibimos el año nuevo al son de música clásica

Una de las tradiciones más arraigadas en estas fechas, sobre todo en el Norte de Europa, es el concierto de Año Nuevo. Especialmente famoso es el de Viena que tiene lugar cada año en la mañana del 1 de enero en la Filarmónica de la ciudad austriaca y es retransmitido en todo el mundo para una audiencia potencial estimada en 1.000 millones de personas en 54 países. Como curiosidad os contaremos que dada la demanda de entradas para asistir a este evento, las localidades se adjudican por un sorteo y sus precios oscilan entre los 35 y los 1.090 euros. ¿Bastante democrático, no creéis?

Lamentablemente no nos ha sido posible disfrutar de esta maravilla vienesa, aunque en nuestro reciente viaje a la ciudad del Danubio probamos algunas otras cosas típicas que no hay que perderse (os dejamos nuestro post de la tarta Sacher aquí para vuestro deleite). Sin embargo, no nos podemos quejar porque hemos tenido el maravilloso placer de acudir al concierto de Año Nuevo que se celebra en el Auditorio Nacional en Madrid. 

Esta, ya también tradicional, cita musical acoge un repertorio conocido por todos que recoge piezas conocidas y entrañables para estas fechas y que incluyen una selección de los Strauss (hijo y padre), una buena dosis de polkas y vals, y tonadas tan divertidas como la Champagne Gallop donde el ritmo se marca a golpe de descorche. Por supuesto, el concierto cierra con el vals de El Danubio azul de Johann Strauss hijo, seguido de la Marcha Radetzky, de Johann Strauss padre, en la que, como no podría ser de otra manera, público y orquesta se funden al son de las palmas, acabando con una inevitable sensación de alegría y jolgorio. 

En esta ocasión el concierto estaba organizado por Fundación Excelentia, una organización creada para contribuir a la promoción del patrimonio lírico-musical e impulsar la creación y representación de las artes musicales. Este no es el primer evento al que vamos organizado por esta entidad, en verano estuvimos en unos conciertos al aire libre en La Granja que también nos encantaron. La orquesta clásica Santa Cecilia, estaba liderada por Knyan Johns, un director australiano que condujo enérgicamente a los músicos igual con sus manos que con un característico mechón de pelo que caía y se elevaba sobre su cara al ritmo de los compases. Knyan imprimió su toque cercano y divertido a la actuación, al que también contribuyó su complicidad con los miembros de la orquesta, que destacaban por su juventud. 

Para terminar no podemos dejar de recomendaros que consultéis la agenda de próximos conciertos para lo que nos resta de estas fiestas. El Auditorio Nacional ha pensado un programa para todos los gustos y públicos que incluye sesiones como la actuación de los 3 tenores el 30 de diciembre, una Gala de Reyes el 4 de enero, la Gala de Año Nuevo dedicada a a la Ópera y la Zarzuela el 14 de enero y la interpretación del famoso Concierto de Aranjuez el 15 de enero. Los precios van entre 35 y 78 €. Nos parece que podrían ser más populares, pero a día de hoy la cultura todavía es cara. 

Conclusión: siempre es un placer y un disfrute asistir al Concierto de Año Nuevo. Si nunca lo habéis hecho os lo recomendamos. Es una forma bonita de celebrar con amigos o familia la música y la navidad. Al terminar uno sale revitalizado y lleno de energía, con la sensación de haber recorrido canciones familiares y divertidas, que vienen a nuestro encuentro como si se tratara de viejos conocidos.

¡Os deseamos muy Feliz año nuevo! Que el 2023 venga cargado de planes y momentos especiales para compartir con los que más queremos.

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