Santoña es un pequeño pueblo costero, situado a unos 45 km de Santander, y que es famoso por su actividad pesquera y por sus conservas. En realidad sobre todo por una conserva en concreto. Si decimos ¡Santoña!, automáticamente viene a la cabeza (a nosotras por lo menos que somos muy tragaldabas), ¡anchoas! Así de establecida está la relación entre esta localidad cántabra y estas deliciosas conservas.
La anchoa no es un pescado en sí mismo sino una rica y salada preparación que se realiza con el bocarte del Cantábrico (Engraulis encrasicolus), una variedad de pez que destaca por su sabor y su alto contenido en Omega-3. Para hacer las anchoas se utiliza salmuera y aceite de oliva virgen extra, pasando por un proceso de salazón y maduración que suele durar entre seis y nueve meses y que le otorga su característico sabor. El procedimiento de limpieza y preparación de la anchoa se realiza de manera artesanal y suele ser llevado a cabo por mujeres expertas que transmiten el oficio de madres a hijas. Ellas son las llamadas “sobadoras”, capaces de dejar listas cientos de anchoas cada día. Todo este cuidado, unido a los estrictos controles hacen que las anchoas sean un bocado gourmet y muy apreciado.
El proceso de salazón y maduración de la anchoa suele dura entre seis y nueve meses y que le otorga su característico sabor.
Y nosotras hemos encontrado un sitio perfecto para disfrutarlo aquí en Madrid (que no decimos que no sea ideal hacerse un viajecito de vez en cuando y darle al turismo gastronómico, pero si Mahoma no va a la montaña…). En De Cines y Cenas somos muy fans de la modalidad de un vinito con picoteo y el local que os vamos a recomendar para hoy es perfecto para ponerla en práctica. Aquí Santoña es un espacio gourmet situado en la Calle San Bernardo que ofrece un amplia selección de conservas, salazones y ahumados de calidad que puedes comprar o tomar en el establecimiento acompañados de un vinito, un cava o una cerveza.
Nosotras nos decidimos por una tabla de ahumados (12,64€) que nos permitiera probar un poco de todo y fue un acierto. Junto con nuestro vino servido en una copa fría y una uva helada a modo de cubito de hielo (esto todavía no lo habíamos visto, será que nos falta mundo), nos trajeron una rica selección en la que pudimos probar el atún, la caballa, el arenque y la sardina. Para completar el picoteo unas gildas con (por supuesto) anchoas a 1,36 € cada una, una tapa de boquerones en vinagre (2,18 €) y otra de ostras ahumadas (3,18 €). Todo delicioso. Además de ser bar, Aquí Santoña es una tienda gourmet y no pudimos resistir la tentación de salir con unas sardinas ahumadas y unas anchoas para llevar a casa.
Conclusión: Aquí Santoña establecimiento no es el sitio para ponerse hasta arriba, pero es perfecto para tomar un producto de alta calidad a un precio bastante asequible, en un ambiente muy agradable (nuestro camarero fue encantador) y salir con un aperitivo con el que triunfar en la comida familiar del fin de semana. Muy recomendable.