Es un hecho, el cine está cambiando y las salas de cine también. No lo decimos nosotros, lo dicen las cabriolas y las estrategias de prueba y error que distribuidoras, productoras y demás personas del medio están haciendo para intentar mantener los modelos de negocio cinematográfico que existen y compiten por nuestra atención… osea nuestro dinero.
Quien más, quien menos tiene como mínimo una plataforma de streaming contratada (si no dos). Tal y como hemos visto en los últimos meses, los “ajustes” en estos modelos de negocio se están acomodando a un supuesto mercado en el que los gastos de producción tienen que cuadrar con los precios de suscripción (o eso dicen). Por otro lado, las experiencias sociales también han cambiado, apareciendo los “espérame para ver tal película” o el “me enfado porque no me has esperado para ver esta serie” relacionados directamente con las plataformas de streaming, lo que está provocando que más allá del “pilla entradas para el día del estreno” los cines necesiten un fuerte aliciente para atraer al público a las salas.
Una simple ojeada a las películas más taquilleras de la semana nos muestra dos grandes tendencias: superproducciones y películas familiares. Ambas temáticas vienen a indicar que las salas de cine se nutren de grupos de gente (familias, amigos…) que toman estos espacios para compartir una experiencia única. Pero hay más películas y el modelo tiende a mantener estas primeras en cartel y a hacer desaparecer (si es que llegan) a todas aquellas cintas que luego son patrocinadas y vistas en las plataformas de streaming.
Todo esto es una perogrullada, obviamente, pero está produciendo algo interesante y que, con mayor o menor éxito, se está multiplicando en las salas de cine de nuestro país: las “Sesiones Temáticas”. Hemos decidido llamar así a todos esos “eventos” que por una cosa o por otra, están apareciendo en los cines de todo el mundo y que lentamente van atrayendo a un nuevo público que busca (de nuevo) esa sensación que muchos echamos en falta: la unión de los espectadores alrededor de algo que sabemos que nos gusta.
Reestrenos, sesiones con espectáculo previo, “interactivos” o festivales temáticos, se hacen cada vez más hueco entre la plétora de estrenos para congregar espectadores que aplauden, ríen a mandíbula batiente, repiten los diálogos y comparten la verdadera experiencia de ir al cine.
“Todo esto está produciendo algo interesante y que, con mayor o menor éxito, se está multiplicando en las salas de cine de nuestro país: las Sesiones Temáticas”.
Dicho esto, el pasado fin de semana acudimos a honrar el hito que lo empezó todo. La película de “Superman” de Richard Donner cumple 45 años y el Cine Palacio de la Prensa de Madrid ha decidido unirse a la celebración con varias sesiones en las que podemos disfrutar de la cinta clásica en versión original, subtitulada y con el aliciente de gozar de un concierto previo en el que se interpretarían piezas de la banda sonora original de Jhon Williams. Y se agradece, de verdad que se agradece que se programen este tipo de eventos, en una sala que hace unos años acogió el fantástico “Cinemascopazo” de Arturo González Campos, pero… la felicidad nunca es completa.
Al llegar a los cines nos dijeron que “estaban preparando la sala” por lo que generaron una cola de gente con camisetas de Superman, muy contentas y pletóricas por el espectáculo que iba a llegar, todo normal y aceptable excepto porque entramos tarde a la sala. Cuando nos dejaron entrar, fuimos varios los que acudimos a por palomitas (la ocasión lo merecía), pero no nos esperaron para empezar la sesión. Daba igual… Superman siempre lo salva todo… o eso pensábamos, porque el “concierto previo con la banda sonora” consistió en un pianista y un trompetista, que (si bien hicieron todo lo posible por salvar los muebles y se les agradece) interpretaron como pudieron el tema principal de la cinta frente a la proyección en bucle del tráiler de la película.
La sala se llenó de un inquietante estupor, que correspondió la actuación con unos tibios aplausos. Como no hubo introducción al concierto, el pianista tomó un micrófono y agradeció la oportunidad de hacer este tipo de eventos y anunció que este año se repetirá en el festival de cine “La Estival” en Plaza España, cosa que volvimos a celebrar … hasta que por un loco giro del destino, el concierto siguió con la banda sonora de “El Padrino”, que trajo un inquietante murmullo a la sala y continuó con “El oboe de Gabriel” de la banda sonora de “La Misión”. Todo mientras el trailer de Superman seguía repitiéndose una y otra vez. Al terminar las tres piezas, se hizo un bis del tema principal de la película que íbamos a ver y así como vinieron los dos músicos… recogieron, se fueron y empezó la sesión.
“Daba igual… Superman siempre lo salva todo… o eso pensábamos.”
La película que, por primera vez, nos hizo creer que un hombre podía volar ha cumplido 45 años. Estrenada en 1978, supuso todo un logro técnico para la época y atrapó (solo en nuestro país) a más de cinco millones de espectadores en nuestro país, en el año de su estreno, logrando una recaudación de trescientos millones de dólares en todo el mundo. Una obra de culto, tan maravillosa de ver, como de investigar, ya que la historia de su “loca” producción es como para hacer otra película sobre el tema… y que merece más interés por parte de los “nuevos” exhibidores. Madrid necesita un cine como el “Phenomena” en Barcelona y a más gente como los amigos del podcast “Tiempo de Culto” que organizaron un homenaje paralelo en los Cines MK2.