Oppenheimer y Nolan

Decir que Christopher Nolan es uno de los cineastas del momento no dice mucho a estas alturas de la vida. Hablar de su capacidad de dirección y la fuerza de sus guiones tampoco. Pero parece que antes de hablar de cualquiera de sus películas hay que dejar todo esto en claro y por nuestra parte que no quede. Lo que está claro es que cada producto de Nolan es un espectáculo visual y narrativo, capaz de mantenernos tres horas pegadas a una butaca, sea cual sea la historia que nos esté contando. Y es que si hace unos años nos dicen que una película sobre la vida y obra de un mujeriego y poco ordenado físico teórico va a recaudar 80,5 millones de dólares el fin de semana de su estreno… creeríamos que han estrenado ‘Ironman 4’.

Con una de las estrategias de marketing más locas, (¿casuales?) y absurdas que se han visto en los últimos años, la cinta sobre el padre de la bomba atómica se ha liado la manta a la cabeza y compite este verano contra el otro gran estreno del verano ‘Barbie’, generando el ya conocido como ‘Barbenheimer’, y en un principio… les va bien a las dos. ¿No estamos en un mundo maravilloso? 

Hablar de ‘Oppenheimer’ es hablar de cine en todos los sentidos. Para empezar porque el estreno de estas dos películas a la vez no es casual. Nolan dejó Warner (productora de ‘Barbie’) tras la “jugarreta” que le hicieron con el estreno de ‘Tennet’. Esto llevó al director a llevar su nueva película a Universal, quien aceptó muy alegremente que Nolan hiciese lo que quisiese con su película y la grabase en el formato IMAX, que solo pueden proyectar de manera original dieciocho salas en todo el mundo. Salas que, por otra parte, cada vez están más y más vacías por “culpa” de las plataformas de streaming (porque de los precios no… para nada… que va.) Partiendo de estas premisas y sabiendo que al final nosotras solo queríamos ver una peli nos encontramos con que (otra vez) somos simples mortales, con unas palomitas, esperando no molestar a nadie.

«Ahora me he convertido en la muerte, el destructor de mundos» – Bhagavad-gītā


Lo cierto es que la película está muy bien, muy mal vendida por un tráiler demasiado frenético y activo, pero lo que más destaca de toda la cinta es el guión. Son tres horas de personajes entrando y saliendo, cada uno con sus propios intereses, ideologías y motivaciones y sí… hay una bomba atómica, pero es lo de menos. ‘Oppenheimer’ trata sobre Julius Robert Oppenheimer, el “padre” de la bomba atómica y responsable científico del ‘Proyecto Manhattan’ en un periodo de tiempo en el que la humanidad se enfrentaba a demasiados problemas bélicos, científicos y morales. 

Se ha de reconocer que visualmente la cinta es increíble y el montaje es muy dinámico. Pese a las reticencias de Nolan, quien aparentemente no ha querido poner en créditos al 80% de los artistas de VFX, la película tiene efectos especiales (ya todas lo tienen) y una gran banda sonora producida por Ludwig Göransson, el nuevo músico de oro de Hollywood. Y entre unos y otros, ‘Oppenheimer’ se convierte en toda una experiencia audiovisual que nos deja con la sensación de haber visto algo increíble.

El elenco de actores también es algo para reseñar. A parte del gran Cillian Murphy (actor fetiche de Nolan) que interpreta a Oppenheimer, Matt Damon, Emilly Blunt, Robert Downey Jr., Kenneth Branagh e incluso el bellísimo Josh Hartnett ha vuelto para aparecer en escena al menos 5 minutos en lo que parece haberse convertido en la nueva ‘La delgada línea roja’, aunque en esta ocasión todo parece indicar que le irá mejor en Los Oscars.

Con todo, la película no es perfecta. Las diferentes líneas temporales que se generan hacen avanzar la trama velozmente, pero tal vez hacen perder parte de lo que entendemos que nos quiere mostrar Nolan: la psicología del personaje. El guión está basado en el libro “Prometeo americano” de Kai Bird y Martin J. Sherwin, que ganó el Premio Pulitzer en 2006 y gira alrededor de la figura de Oppenheimer. La visión histórica de este personaje se ha movido siempre entre la dicotomía de un mundo que, cual átomo, se dividió en buenos y malos varias veces en un muy corto período de tiempo. ¿Héroe o villano? Lo cierto es que tras una gran película, se disfruta mucho un buen debate y en este caso hay muchas cosas de las que pensar y conversar.

¿Y a vosotras qué os parece?

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