Mucho se ha hablado sobre si las comidas veganas deben imitar a las comidas con carne o tener su propia idiosincrasia. En ocasiones, este debate ha llegado a generar agrias polémicas que han acabado incluso en tribunales europeos, como la que mantuvo la empresa Abbot Kinney’s sobre si se podía llamar yogur a un producto no lácteo. Pero si algo está claro, es que el principal motivo de los veganos y veganas para abrazar esta opción vital no es que no les guste el sabor de jamón, el chorizo o las albóndigas de la abuela, sino una combinación de razones que tienen que ver con el medio ambiente, la salud y sobre todo, con el sufrimiento animal.
El deseo de no resignarse a la pérdida de determinados sabores, unido quizás a la nostalgia de las recetas de la infancia, ha hecho que el repertorio de platos que versionan recetas puramente cárnicas se haya incrementado, replicando de manera cada vez más fidedigna a sus originales. La soja, el seitán y el tofu, en combinación con la adecuada mezcla de especias, son los protagonistas versátiles que permiten afinar cada vez más estas elaboraciones. Eso sí, una advertencia, además de las preparaciones caseras o en restaurantes especializados también están creciendo la oferta en supermercados de platos precocinados de origen vegetal que contradicen la asociación habitual que hacemos de verdura-comida sana, ya que suelen estar repletitos de grasas de baja calidad, azúcares y otros aditivos nada recomendables.
“El deseo de no resignarse a la pérdida de determinados sabores, unido quizás a la nostalgia de las recetas de la infancia, ha hecho que el repertorio de platos que versionan recetas puramente cárnicas se haya incrementado”
En esta ocasión, De Cines y Cenas, para darnos un buen homenaje de raciones, hamburguesas y bocadillos en un bar de toda la vida nos fuimos al B13 Bar. ¿La única cosa diferente? En vez de carne los protagonistas son las legumbres, el seitán y el tofu. El B13 es un bar con tradición en Malasaña. Un local que ya lleva abierto más de diez años y que al son de música rock y con unos camareros muy majetes, ofrece una carta que parece estar especialmente pensada para los que añoran los sabores de la carne, ya que ofrece platos como un combinado de escalope, bocadillos de bacon o chorizo, unos nuggets, albóndigas o salchipapas.
Como entrante pedimos los calamares con salsa veganesa (8,50 €), que no tenían nada que envidiar a los calamares a la romana de toda la vida. La textura y el sabor están conseguidos de forma increíble. Como principales, un durum de falafel (también se puede elegir de seitan) con humus, lechuga, tomate, cebolla y salsa de yogur (8 €) y una hamburguesa de la casa hecha con seitan, alubias, arroz y avena (7 €). Las dos cosas muy sabrosas y de tamaño generoso. Rico y a buen precio.
Conclusión: Se agradece que siga habiendo sitios sin pretensiones hipster y mega modernas en la zona de Malasaña. El B13 Bar es un restaurante donde comer bien y a buen precio vegano. Una forma de satisfacer las ganas de comer fritanga y hamburguesas, pero sin comer carne.
Dato importante: no aceptan pago con tarjeta, solo efectivo. Y otra información que puede resultar interesante, es un punto de venta de café zapatista de las cooperativas de Chiapas cultivado con prácticas ecológicas y dignidad.