La cocina latinoamericana está de moda, es un hecho. Si bien es cierto que los restaurantes peruanos han entrado con fuerza en nuestro país, cada vez hay más lugares que ofrecen platos y sabores de más zonas y de las diferentes regiones que componen ese vasto continente. Y es que más allá del ceviche, existe toda una oferta gastronómica que une ingredientes y cocinas desde las costas caribeñas, a las del Pacífico, pasando por montañas y selvas.
En esta ocasión hemos decidido irnos a la zona paisa y probar el restaurante Aguapanela, en pleno centro de Chueca. Un restaurante colombiano, parte del grupo Lakama, que se ha convertido en uno de los referentes de este tipo de cocina en Madrid, con una carta que ofrece un recorrido por los diferentes platos y sabores del país, desde Santa Marta hasta Popayán.
La experiencia que ofrece Aguapanela empieza en la misma puerta del local. La entrada llena de plantas y luces, ya ofrece una pincelada de la decoración que vamos a encontrar en el comedor principal. Y es que estamos ante un restaurante íntimo y acogedor, ideal para ir en pareja, lleno de luces de colores, detalles florales y un muy buen ambiente. Los camareros son bastante simpáticos y agradables y están atentos a todo lo que necesitas (ya sabéis que somos firmes defensoras de los vasitos de agua de grifo y los trajeron a la primera y sin intentar colarnos una cara botella de diseño).
“Una carta que ofrece un recorrido por los diferentes platos y sabores del país, desde Santa Marta hasta Popayán.”
Pero a lo importante, la comida. El cartagenero Charlie Otero, investigador, docente y embajador de la Gastronomía Iberoamericana, fue el encargado de realizar el concepto que encontraremos en Aguapanela. Una carta con una mezcla actualizada de los sabores y platos de la cocina tradicional colombiana en la que no pueden faltar… las Arepas (lógicamente). Antioqueñas, de choclo o con chicharrón, son una perfecta forma de empezar a abrir el apetito. Nosotras nos decantamos por las típicas rellenas de queso y con salsa hogao (9€) antes de recibir la joya de la región, la Trilogía de Patacón. Un plato con volovanes de banana, que soportaban el peso de unos chicharrones con cebolla morada encurtida, otro de pollo especiado y otro de gambas con una salsa agridulce (12€). Es que es todo un placer encontrar platos con sabores “no típicos”, el único “pero” (por ponerle uno) es que no es un plato pensado para compartir. Partirlos por la mitad no es opción porque todo se vendría abajo, así que toca jugar al “bocado y pásalo”, con el típico “¡Eh! Déjame un poco, ¿no?” asociado.
Estos dos platos son bastante contundentes y pueden ser justos para personas que no coman mucho, pero nosotras no somos así y en la discusión sobre qué principal pedir entre el Plato Paisa (que es bastante contundente con sus frijoles, plátano maduro, arroz, chorizo, carne molida, chicharrón, arepas y huevo… ahí es na. 21€), la Carne al Carbón (con pintaza entre puré de yuca y chimichurri. 23€) o, nuestra elección final, la Posta cartagenera. Una pieza de picaña cocinada con su tiempo y con su vino, especias y panela. Se deshacía al pinchar y en la boca y venía acompañada de un arroz cremoso de coco y ensalada. 22€ muy gustosos, que nos dejó bien contentas.
“Más allá del ceviche, existe toda una oferta gastronómica que une ingredientes y cocinas desde las costas caribeñas, a las del Pacífico, pasando por montañas y selvas.”
Ya sabéis nuestra devoción por vosotras, nuestras queridas lectoras, y no nos podíamos ir de allí sin cerrar un menú, con dos postres. Un Merengón relleno de frutas y nata y una Experiencia de Guayaba, ambos a 8€. Hemos de reconocer que nos atraían más las opciones de la Mazamorra y la Tarta de coco y piña, pero no tenían en ese momento… Y fue una pena porque la verdad es que no nos terminaron de encantar nuestras elecciones. El merengón era duro, relleno de nata y frutas, pero que terminó siendo excesivo y un poco farragoso de tomar y la tarta de guayaba no estuvo mal, pero no nos encantó pese a ir acompañado del nuevo helado de moda en Madrid… el de mandarina.
Nuestro marinado del día consistió en un vasito de vino y un cocktail llamado Los Paisas, que forma parte de su amplia lista de bebidas que van desde la aguapanela, los batidos de frutas y diversos combinados (la carta de bebidas es casi tan grande como la de comida).
Conclusión: Aguapanela es un lugar ideal para tener una cena agradable. Un lugar tranquilo, con un muy buen servicio y unos ricos platos de cocina colombiana. En pleno centro de Chueca, dispone de todas las discotecas de la zona alrededor por si la noche se anima tras la cena.
Un lugar muy recomendable.