¿No os pasa que hay temporadas en las que os da por comer algo una y otra vez? Pues a nosotras parece que últimamente nos ha dado por frecuentar mexicanos. Quizás sea porque en nuestra visita a La Zanta, Mexican and Wild nos quedamos con tan buen sabor de boca que nos apetecía probar más, o quizás sea casualidad. Pero lo cierto es que nos encanta esta comida por su variedad, color y sabor.
Si nos ponemos un poco trascendentes y contextualizamos esta gastronomía nos parece bonito hacer notar que la cocina tradicional mexicana nace de un modelo cultural que aúna conocimientos antiguos y prácticas rituales con una producción agrícola comunitaria basada en ingredientes sanos y sostenibles. Todo esto se concreta en una gastronomía muy elaborada y cargada de símbolos culturales. Por este motivo la Unesco incluyó en el año 2010 la cocina tradicional mexicana en la Lista de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Si nos ponemos un poco más gamberras, diremos que nos encanta disfrutar de una riquísima cena acompañada de unos margaritas bien fríos que nos dejan el regusto de sal y chile cada vez que les damos un trago.
Y después de tanta reflexión sobre las bondades y maravillas de esta cocina, pasamos a contar nuestra experiencia en El secreto de López, un restaurante mexicano que nos ha gustado mucho.
Deliciosas margaritas y un cuidado menú a disfrutar en su acogedor patio climatizado.
El secreto de López es un restaurante mexicano con fusión mediterránea basado en ingredientes de calidad. Varios son los puntos fuertes a destacar de este local además de su carta. El primero, el bonito patio cubierto y decorado con cariño para pasar una agradable velada. El segundo, sus ricas margaritas, no excesivamente fuertes y que son perfectas para acompañar la comida. Y por último, el majísimo personal que te hace sentir como en casa y que está atento a todo lo que puedas necesitar pero sin agobiar.
Esta vez fuimos acompañados de amigos así que pudimos probar más platos. Como entrantes elegimos una Ensalada de tiradito de salmón sobre Quinoa (14.50€), un Ceviche de pescado (13.50€) y unos Nachos (16.50€). Nos encantaron las tres cosas, la ensalada muy buena, con la quinoa en su punto y muy refrescante; el ceviche hecho con la clásica corvina y servido sobre un lecho de guacamole que le daba un punto original sin quitar el sabor del plato clásico y a destacar los nachos, gratinados al horno y servidos sobre una fuente caliente. Aunque éramos cinco ya con los tres entrantes estábamos bastante llenos. Y quedaban los tacos. Cada ración es servida con seis tortillas a elegir entre maíz y trigo. Pedimos de tres tipos de carne (cerdo, ternera y cordero) para probarlo todo. Los más clásicos, los de Cochinita Pibil (17.50€) hechos con carne de cerdo marinada estilo Yucatán, horneada a baja temperatura y coronada con cebolla morada encurtida. Los de Arrachera, (19.50€), de ternera, nopales, bacon, champiñones, cebolla y queso hechos a la plancha, coronados con chimichurri mex y guarnición de guacamole. Y los de Cordero Estilo DF (18.50€) horneado a baja temperatura, macerado con chiles secos y hierbas aromáticas. Este además venía con una guarnición de salsa verde. Si os decimos la verdad, no pudimos ponernos de acuerdo sobre cual nos había gustado más. Tras dar cuenta de todo el festín quedamos tan llenos que no pudimos ordenar postre. Eso sí, no faltó un último margarita como cierre y para ayudar a la digestión.
En conclusión, un sitio muy agradable para disfrutar de una rica cena con tranquilidad. Muy recomendable.