Sí, mucho se habla de lo terrible que es la comida inglesa, de lo poco variada y fritanga que puede resultar, pero lo cierto es que estos británicos tienen varios ases en la manga en lo referente a la gastronomía. Y no, no estamos hablando de la ya famosa paella de chorizo, hablamos de comida de calidad, con productos de la isla y que seguro sorprenderán a más de una. Así que preparad los cubiertos que como decía el gran Emilio: “Hey mister waiter… I want to eat.”
En nuestro reciente viaje a Londres para ver al bueno de Hans Zimmer, pateamos la capital inglesa de cabo a rabo, disfrutando de toda la capacidad que tiene esta ciudad para sorprendernos. Desde los museos GRATUITOS y abiertos a todo el mundo (a ver si aprendemos que la cultura tiene que ser accesible), a los mercados de Portobello o Candem y a las siempre vibrantes calles del Soho londinense. Estas caminatas, obviamente, nos dieron hambre y pese a la siempre loca y variada oferta gastronómica e internacional que ofrecen las grandes ciudades (cada vez más parecidas un parque de atracciones que a un lugar para vivir) intentamos disfrutar de una comida local, de esas que tan mala fama tienen. Aquí os presentamos unas recomendaciones para no caer en la típica hamburguesería smash con cancamusa de siempre:
“Un placer para los sentidos, que acompañados de una Guinness, hará que cantemos el “God save the Queen/King” con lagrimitas en los ojos.”
Pub inglés de turno:
Vais por Londres observando las típicas casitas inglesas de ladrillo oscuro y entre Tescos, Argos y McDonalds veis (normalmente haciendo esquina) un local de madera, con un cartel colgante a lo “Ponéy Pisador”. En la puerta, un inglés de cuarenta y muchos años, fuma mirando al horizonte y da sorbos a su pinta de cerveza. Es el lugar. En la barra, un joven te saluda detrás de varios grifos de cerveza. El menú es amplio, pero hay cosas que destacan: los pasteles de carne, el Bangers and mash y el archiconocido Fish&Chips. Si bien es cierto que este último es mejor comerlo en cualquier local guarrete y especializado, si queremos ver cómo es el plato original, debemos tomarlo en un Pub de estos. Menos fritanga, mejor pescado y acompañado de un par de verduras que siempre nos hace sentir mejor a la hora de bloquear nuestras arterias.
Obviamente, no se puede ir al reino de Charles III y no comer su plato más conocido, pero si realmente queréis ser felices NECESITÁIS probar el Bangers and mash. Unas salchichotas de cerdo, servidas con puré de patatas, verduras y todo (y aquí nos ponemos en pie y salivamos) bañado con salsa gravy.
Un placer para los sentidos, que acompañados de una Guinness, hará que cantemos el “God save the Queen/King” con lagrimitas en los ojos.
Harrods:
Sí, vale, ya sabemos que no es un sitio para comer en el día a día, pero este famoso centro comercial abierto hace 174 años (ahí es nada) es una de las “atracciones” más visitadas de Londres. Es burdo, pero vamos con ello.
Desde su venta a Qatar Investment Authority este centro comercial ha perdido gran parte de su gracia. Los camareros y chefs que cantaban ópera y las antiguas salas daban mucha más autenticidad a este lugar que, lentamente se está convirtiendo en uno más de los muchos supermercados fashion que inundan el mundo, pero hay que reconocer que tienen buena comida.
Como arrebato consumista sin igual nos compramos un pequeño sandwich de langosta, de bastante sabor y con un pan muy esponjoso. Y un croissant de salmón con aguacate, cuya particularidad principal fue una absurda y desaborida lámina de oro. Todo totalmente innecesario, pero era el día del “cumpleaños” de Charles III y quisimos celebrarlo por todo lo alto. Felicidades señoro.
Rules Restaurant:
Tal y como reza su página web “En el mismo año en que Napoleon inició su campaña en Egipto, Thomas Rule prometió a su desesperada familia despedirse de su disipado pasado y sentar cabeza”. Doscientos años observan a este interesante restaurante en el centro de Londres (no tanto como para ganar a nuestro querido y madrileño Botín). En pleno Covent Garden, Rules ofrece comida tradicional a buen precio en un comedor que no puede estar más adornado con alegorías inglesas, básicamente, porque no caben.
Tras reservar anticipadamente y cerciorarnos que cumplíamos con los sencillos estándares de etiqueta (con no ir en chanclas y camisetita interior, vale), nos llevaron a la sala en el primer piso donde pedimos un vasito de vino y un, qué si no, Vesper, mientras esperábamos nuestra mesa.
“En el mismo año en que Napoleon inició su campaña en Egipto, Thomas Rule prometió a su desesperada familia despedirse de su disipado pasado y sentar cabeza.”
Allí pudimos ver la carta (también está en la web) y nos decidimos por un entrante de Pechuga de pato ahumada con ensalada de habas (15,13€). Este plato consistía en una suerte de embutido de pato (como el que tomamos en la cesta de Navidad por 50 euros) con unas habas y croutons, que no os recomendaremos por su pobre relación cantidad-precio. Un salmón escalfado en salsa de mantequilla (36,16€) que estaba buenísimo y muy jugoso gracias a la salsa. Y el cerdo cocinado a baja temperatura (33,82€), que hubiese estado mejor con un poquito más de salsa y sal.
Dado el nivel de vida que existe en la capital inglesa, Rules no es un restaurante excesivamente caro, aunque la broma nos terminó saliendo por 138,72€ para dos personas. Pero hemos decir que la experiencia estuvo muy bien y el local es un lugar muy interesante de visitar (sobre todo su parte de arriba).
Conclusiones: asada, frita y horneada, Inglaterra tiene buena comida. Tal vez no sea la mejor o la más variada, pero tiene sus cositas que hay que probar y están bastante ricas. Desde un buen Fish&Chips a un buen salmón escocés (buscad la ley inglesa sobre manejar este pescado) este país dispone de una oferta culinaria bastante interesante y que culmina los domingos con el Sunday Roast, que no llegamos a probar esta vez, pero que recomendamos totalmente.
De todo lo que hemos probado en este viaje, sinceramente, lo mejor se nos ha servido en los pubs. El auténtico sabor inglés está donde siempre ha estado, en esos lugares que huelen a madera, Guinness y gravy y es allí donde os recomendamos acudir para descubrir el mejor sabor inglés.
Siempre he comido de maravilla en Londres!!! Como siempre hay que saber dónde hay que ir!!!
Londres es una ciudad maravillosa y tiene todo tipo de atractivos para ir una y otra vez. Nos alegra que la disfrutes tanto como nosotras.
Muchas gracias por tu comentario 😋