The F***ing Nicolas Cage

Lo decimos así, sin tapujos ni florituras, Nicolas Cage es uno de los mejores actores de nuestra época y uno de los que peor saben elegir guiones. Se tenía que decir y se dijo. Así se empieza este artículo y muchos terminareis de leer aquí. Lo entendemos, porque el poder mediático de los memes es mucho más fuerte y sencillo de digerir que ver la filmografía de uno de nuestros actores favoritos. 

Pero estamos hablando de Nicolas F***ing Cage, ganador de un Oscar, triple nominado a los Globos de Oro (ganador de uno) y así podríamos estar rememorando hasta 102 nominaciones y 60 premios… pero sí… tiene muy mal gusto por los guiones. Y no hablamos de su última época, en la que las deudas por “malgastar” su dinero en islas, castillos, coches y hasta una cabeza de dinosaurio, le han obligado a aceptar cualquier tipo de papel que le llegase, hablamos de la época entre mediados de los 90 y principios de los 2000 en los que hizo peliculones tales como: ‘Leaving Las Vegas’, ‘La Roca’, ‘Adaptation’, ‘Los Impostores’ o ‘El señor de la guerra’. Películas increíbles y en las que podemos disfrutar de su gran capacidad interpretativa, acorde con los personajes, el guión y la obra. Pero luego están las otras… esas películas taquilleras, mal dirigidas, de guión absurdo y con clichés difíciles de explicar, que tanta gloria dieron a finales de los años 90 (y a Jerry Bruckheimer).

Lo cierto es que películas como ‘Con Air’ o ‘Cara a Cara’ son dos rara avis a las que no sabíamos si había que dar las gracias u olvidarlas como al reloj calculadora o el Furby


¿Fue Bruce Willis y su ‘Jungla de Cristal’, el “culpable” de la aparición de los héroes de acción con “menos” testosterona, más acostumbrados al fracaso, el alcoholismo y los espíritus atormentados? Puede ser, pero lo cierto es que películas como ‘Con Air’ o ‘Cara a Cara’ son dos rara avis a las que no sabíamos si había que dar las gracias u olvidarlas como al reloj calculadora o el Furby… hasta ahora. Y es que este fin de semana se ha celebrado en Madrid y en Sevilla el ‘F***ing Nicolas Cage Experience’, de la mano de Juan Pérez y Carlos Palencia, directores de la CutreCon, en la que hemos podido disfrutar de estas dos cintas y de su nuevo gran éxito ‘El insoportable peso de un talento descomunal’.

Cara a Cara

Antes de enfrentarnos a esta película hay que tener en mente la imagen de Nicolas Cage y John Travolta (quien tres años antes había estado nominado al Oscar por ‘Pulp Fiction’), pasando un fin de semana juntos, para interpretarse el uno al otro. Con eso en la cabeza y esperando el segundo en el que John Woo (tres años antes de hacer ‘Misión Imposible 2’) metiese su ya mítico plano de palomas, simplemente tenemos que dejarnos llevar por la magia que firmaron los guionistas de, la también grande, ‘Lara Croft: Tomb Raider’.

La historia es “simple”: Castor Troy (Nicolas Cage) es un terrorista internacional que mata por error al hijo de Sean Archer (Travolta), el agente del FBI encargado de atraparlo. A partir de este momento Sean se obsesiona con Troy y logra atraparlo después de uno de esos enrevesados planes de poli de los 90 en los que una gran cantidad de policías mueren de forma horrible. Tras la persecución, Troy queda en estado vegetativo por lo que no le pueden sacar la información sobre dónde ha colocado una gran bomba que explotará dos semanas más tarde (¿?). ¿Cómo conseguir la información? Cambiando las caras de Troy y Archer, dejándoles… Cara a Cara con sus propios fantasmas.

El resultado es una sucesión de premisas que tienes que aceptar por el bien de la trama, despropósitos que sacan de la película y la SUBLIME actuación de Nicolas Cage, interpretando a Travolta, interpretándose a sí mismo. Indispensable.

Con Air 

Estamos convencidos de que esta película es el pago de una apuesta. Eso o un “sujétame la copa” en toda regla… porque si no no se puede entender que: John Malkovich, John Cusack, Steve Buscemi y el propio Cage, se uniesen en esta locura sin parangón firmada por el guionista de ‘Beautiful Girls’. 

La trama es excesivamente rocambolesca para lo poco que importa. Cameron «Hillbilly» Poe (Cage) es un Ranger condecorado que vuelve a casa tras una peligrosa misión, para disfrutar con su mujer embarazada (y varios años más jóven y bella) del siempre necesario “descanso del héroe”. Pero su felicidad se ve rápidamente truncada cuando un borracho de bar abusa verbalmente de su cariñito e intenta golpearle. Debido a su formación militar y a su violento carácter, pero sobretodo, por culpa del peor abogado que podía haber buscado, Poe termina cumpliendo diez años de condena por homicidio involuntario. Esta es la premisa y son los primeros 5 minutos de película. A partir de aquí, hay un avión, un absurdo plan para llevar convictos peligrosísimos a la otra punta del país, un horrible-horrible sistema de verificación de armas y/o objetos punzantes, un cumpleaños de una niña y un Nicolas Cage que no sabes si es duro o sensible porque lo mismo rescata un conejito de peluche de una alcantarilla que tira un cadáver al vacío desde un avión.

Una maravilla de película en la que la testosterona, las conversaciones absurdas y las cámaras lentas sin mirar a las explosiones del fondo (“cool guys…”) se suceden sin control ni lógica.

Si amamos a Keanu Reeves que, aceptémoslo, es un pésimo actor, deberíamos amar y respetar a Nicolas Cage. Se lo ha ganado.

El insoportable peso de un talento descomunal

La capacidad interpretativa de Nicolas Kim Coppola, que para no tener “privilegios” por su afamado apellido (es sobrino del famoso director de cine) se cambió el apellido por Cage, como uno de sus personajes de comics favorito Luke Cage, se puede confundir por histriónica o excesiva. Pero todo hay que analizarlo en un contexto y ese no es otro que sus películas.

Nicolas define su estilo como “Shamanic Nouveau”, algo que ”no se puede aprender… se encuentra”. Es en ese estado donde el actor puede experimentar, innovar, descubrir y llegar hasta lugares en los que nadie ha estado antes. Puede gustar más o menos, pero Cage es un artista de la actuación y eso hay que reconocerlo (como ya hizo Sean Penn en la gala de los Oscar donde le “robó” la estatuilla por su trabajo en ‘Adaptation’).

Y así nos encontramos con el último trabajo de nuestro protagonista de hoy, ‘El insoportable peso de un talento descomunal’. Una película escrita y dirigida por Tom Gormican, uno de los nuevos y emergentes cineastas de Hollywood, en la que disfrutaremos de Nicolas Cage haciendo de… Nicolas Cage, el papel de su vida. Endeudado hasta la médula, divorciado y con una hija que no le aguanta, Cage intenta volver a la palestra y conseguir ese papel que le devuelva al lugar del que nunca debió salir, pero ante la falta de oportunidades, acepta acudir a la invitación de cumpleaños de un extraño multimillonario, para viajar a su mansión en Mallorca durante el extraño rapto de la hija del Presidente de Cataluña (¿?).

Co-protagonizada por Pedro Pascal y Paco León, esta comedia de acción nos lleva en un extraño y maravilloso viaje por la filmografía de Nicolas, con guiños a su fama y su estrambótica vida, en la que no podemos más que amarle y quererle. Una cinta recomendada para todos los amantes del gran actor y para todos aquellos que quieran descubrir una figura icónica del Hollywood de los 90… y del futuro más presente, porque gracias a este (esperamos) exitazo, Nicolas ha conseguido pagar todas sus deudas y ya tiene carta blanca para dejar de hacer… eso que ha estado haciendo en estos últimos tiempos.

Si amamos a Keanu Reeves que, aceptémoslo, es un pésimo actor, deberíamos amar y respetar a Nicolas Cage. Se lo ha ganado.

Plural: 5 Comentarios Añadir valoración

  1. Que bueno… me encanta… yo también pienso que Nicolas Cage es una actorazo como la copa de un pino…

    Por cierto… me encanta el último párrafo… lo firmo, ajja

  2. Gracias por tu comentario Luis Alberto! Somos muchos fans, Nick es muy grande 😉

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