Recibimos el año nuevo al son de música clásica

Hemos tenido el maravilloso placer de acudir al concierto de Año Nuevo que se celebra en el Auditorio Nacional en Madrid. 

Esta, ya tradicional, cita musical acoge un repertorio conocido por todos que recoge piezas conocidas y entrañables para estas fechas y que incluyen una selección de los Strauss (hijo y padre), una buena dosis de polkas y vals, y tonada tan divertidas como la Champagne Gallop donde el ritmo se marca a golpe de descorche. Por supuesto, el concierto cierra con el vals de El Danubio azul de Johann Strauss hijo, seguido de la Marcha Radetzky, de Johann Strauss padre, en la que, como no podría ser de otra manera, público y orquesta se funden al son de las palmas, acabando con una inevitable sensación de alegría y jolgorio. 

Homenaje a tres grandes: Morricone, Williams y Zimmer

Englobado en el Festival Noches Mágicas de La Granja, que se desarrolla en Segovia hasta finales de Agosto, el concierto Homenaje a Morricone, Zimmer y Williams se desarrolló en el patio Central de la Real Fábrica de Cristales, con un agradable fresquito segoviano y con una cantidad de sillas embridadas y apelotonadas que nos hicieron disfrutar “en familia” de las obras de estos grandes compositores. “Llamaradas”, “Parque Jurásico”, “Harry Potter”, “El Bueno, el Feo y el Malo”, fueron arregladas y tocadas por la Royal Film Orchestra en un un espectáculo de hora y media de duración, que alternaba unas piezas con otras con la suficiente maestría como para no darnos cuenta de los “homenajes” que estos compositores se suelen dar a sí mismos

Ópera & Brunch en el Palace o nuestro particular «Aquí, sufriendo…»

En nuestra incesante búsqueda por encontrar los lugares más interesantes y ricos en los que comer en Madrid (todo por vosotros lectores amados), el otro día nos liamos la manta a la cabeza, nos pusimos nuestras mejores galas y abriéndonos un poco el fajín nos dirigimos al mismísimo hotel Palace, a degustar su (ya clásico) “Opera & Brunch”, un contundente y completo buffet acompañado de soprano, tenor y piano bajo la espectacular acústica de su cúpula de cristal.

Candlelight, Ludovico y el síndrome del Entrepreneur.

Hemos de agradecer la existencia de espectáculos como el de Candlelight, los conciertos a la luz de las velas que desde hace un par de años se realizan en Madrid y que acercan al público un popurrí de composiciones (normalmente clásicas), interpretadas por un grupo de músicos jóvenes y por un precio asequible. La premisa es sencilla e incluso atractiva: ¿si a todos nos gustan los baptisterios romanos, cómo no nos va a gustar un concierto de los grandes éxitos de Beethoven entre una tenue y agradable penumbra? Debería, pero en el caso del concierto tributo a Ludovico Enaudi nos encontramos con un pequeño problema.