Bebiendo en Bad Company

Muy cerca de la plaza del Callao, en pleno centro de Madrid, se encuentra una puerta cerrada que parece no dar a ninguna parte. Al llamar al telefonillo una voz nos pedirá que esperemos a ser atendidos y unos segundos más tarde, tras una pequeña mirilla, una persona nos pedirá una clave.

Desde que ponemos el pie en Bad Company 1920, la inmersión es total. Esta coctelería nos sumerge en los años 20 en EEUU, recreando un local clandestino del ley seca, sin necesidad de sufrir el nerviosismo de las redadas de Eliot Ness.